Restauración de la obra de Adolfo Guiard

‘Paseo del antiguo faro de Portugalete’

Como muchos de vosotros ya habéis comprobado, en el salón de la primera planta, antes de acceder al bar inglés del Club, se puede observar desde hace unas fechas una réplica de la fantástica obra de Adolfo Guiard ‘Paseo del antiguo faro de Portugalete’ (1906). El original está siendo restaurado en el estudio de Mercedes Bilbao y Berta del Campo.

Cuando acudimos a fotografiar el proceso de restauración nos atiende Mercedes Bilbao, que trata con mimo, casi a pie de calle, la obra de 111 x 132 centímetros. “Nos gusta que las personas que pasan por aquí vean lo que hacemos. Lo consideramos muy importante. Queremos que sea algo didáctico. Hay mucha historia en cada cuadro. Por ejemplo, éste -se refiere a la obra de Adolfo Guiard-. Va a quedar maravilloso y se va a notar la restauración. Quedará impactante. Me encanta cómo se ve en la obra a las personas a las que ha pillado la lluvia en la visita del Rey -su barco se observa abajo a la derecha- y cómo vuelven todos corriendo, salvo los pescadores. Y ahí está el Sporting. Es una obra costumbrista de la época. Me gusta mucho este cuadro, que tiene unos tonos impresionantes. Los violetas son típicos de ese momento, no los amarillos y oscuros que se ven ahora. Lo extraño es que el cuadro no esté firmado. Hemos buscado la firma por todos los sitios, aunque es indudable que es de Adolfo Guiard. Al verlo detenidamente me sorprendió… se puede repintar, pero no hacerlo encima. La limpieza es lo más delicado de la restauración para no llevarte nada del color original del autor”, nos detalla Mercedes Bilbao.

Cuando la restauradora vio este cuadro del pionero del impresionismo vasco, percibió las manchas más claras de su parte superior. Las hay por toda la obra. En un principio, las restauradoras pensaron que podía ser que la humedad había eliminado el barniz oxidado. Y también, cuando le comentaron que el Club sufrió un atentado, que podría ser que la espuma de los bomberos hubiera arrastrado el barniz oxidado. Pero cuando llevaron el cuadro a su estudio de restauración comprobaron que estaba repintado encima. “Es un cuadro intervenido porque está reentelado. Se nota en la parte de arriba. Por delante está muy intervenido. Nos ha parecido extraño que los repintes estén sobre el cuadro sin limpiar. Es como un apaño. Se ven pinceladas gruesas. Si te acercas hay restos de barniz. Sobre el barniz oxidado se han hecho las reintegraciones cromáticas, para disimular sin más”, estima. 

El estudio de restauración de Mercedes Bilbao y Berta del Campo ha realizado una prueba de limpieza para ver cómo se podía eliminar el barniz oxidado y para comprobar hasta qué punto las reintegraciones cromáticas invaden parte del color original de la obra.

¿Qué se está realizando ahora?

Mercedes y Berta están eliminando todo lo que no es original del autor, todo aquello que está por encima, para reintegrar lo que necesita. Mercedes Bilbao destaca que “el propio pintor deja zonas del cuadro sin cubrir del todo. Guiard utiliza poca pintura. Eso no hay que reintegrarlo. Es original del autor. Hay que tener un criterio muy selectivo”. La restauradora, en el momento en el que acudimos al estudio para descubrir cómo el cuadro está volviendo a ser el que era en un principio, le da un disolvente suave. Sale el color original -se aprecia en la parte derecha que restaura- y disuelve los repintes del restaurador anterior. “Luego lo neutralizas con ‘white spirit’, una esencia de trementina, que no deja residuo graso. Se está rehaciendo aquello que molesta a la unión visual. Hay que tener un respeto total por el autor”, apunta Mercedes Bilbao.