La Regata Costa Vasca tiene como protagonista desde 1992, el año de su creación, a un componente muy especial: la Ballena de Oro, un exclusivo y prestigioso trofeo, que se ha convertido en un clásico de la vela en el Cantábrico.
Los mejores patrones de la zona norte navegan desde hace 30 años en aguas vascas, y en ocasiones francesas, por llevar a sus vitrinas este buscado premio. Las ballenas de Oro, Plata y Bronce se otorgan a las tripulaciones que obtienen la menor puntuación de las distintas después de los días de competición en julio que componen cada Regata Costa Vasca en diferentes puertos.
¿Saben quiénes se llevaron las primeras ballenas? La de Oro fue para Flying Neleb de Federico García Germán, del Real Club Marítimo de Santander, la de Plata para el Tranquilo IV de Antonio Pereda, del mismo club santanderino, y la de bronce para el Machichaco del recordado Juan Olábrarri, de nuestro Club. Desde entonces, solo ha dejado de disputarse en 1997, cuando fue suspendida por el asesinato de Miguel Ángel Blanco.
Tomás Alonso-Allende, nuestro ex comodoro desde 2010 hasta el final de 2021, fue uno de los protagonistas del nacimiento de esta regata.
Así nos lo explica: “En el año 1991 el Gobierno Vasco le encargó a José Luis de Ugarte la organización de una regata de promoción de los puertos vascos. Como José Luis estaba preparando la Vuelta al Mundo se dirigió a mí, que entonces era presidente de la Federación Vizcaína, para que organizara la regata. El vicepresidente era Guillermo Barquín, y ambos nos reunimos con Juanjo Olabarria, el director de Puertos del Gobierno Vasco, y le presentamos el proyecto: una regata por etapas organizada en la Costa Vasca que fuera por los puertos para promocionarlos. Ya tenían entonces el proyecto de construir puertos deportivos. Tuvimos una presentación de la regata en diciembre de 1991 en el Salón Náutico de Barcelona, en el que estuvieron representados los cuatro principales clubes vascos: el Club Náutico de Hondarribia, el Real Club Náutico de San Sebastián, el Club Náutico y Pesca de Getaria y nuestro Club.
A Guillermo Barquín se le ocurre además la idea de crear una asociación, con sus estatutos, para que existiera un comité organizador entre los cuatro clubes. Se empezó en el año 1992: El primer trofeo, la primera ballena, creo recordar que fue Getxo-San Juan de Luz y San Juan de Luz-San Sebastián. Se celebró en el mes de julio, justo antes de las Olimpiadas de Barcelona que fueron en agosto. Desde el principio se involucraron el diputado general de Bizkaia, Josu Bergara, la consejería de Obras Públicas y Transportes por medio de su viceconsejero José Félix Basozabal, y la Dirección de Puertos del Gobierno Vasco con su director Juan José Olabarría. Tuvieron también mucha importancia en la organización Mariano Yurrita, secretario de la Federación Vasca de Vela y Eugenio López, que fue el director técnico de la regata y el encargado de aplicar el nuevo sistema de medición y compensación de tiempos.
Supuso desde el principio un éxito de participación, con más de 60 barcos de la costa vasca, cántabra y francesa. Fue un avance porque por primera vez se aplicó este nuevo sistema de medición y compensación de los tiempos que se llamaba IMS. Ahí empezó todo. Luego se fueron alternando los recorridos, siempre dentro de la costa vasca. Las regatas empezaban el jueves y terminaban el domingo con un presupuesto importante (el primero fue de 19 millones de pesetas). Respecto al original trofeo pensamos en una ballena, que era un animal representativo de la costa vasca. Como trofeo era distinto. Fui el director de la regata durante los tres primeros años y cuando entró Eduardo García-Santamarina en nuestro Club él se hizo cargo de la regata y me liberó del mucho trabajo que conllevaba”.
La Regata Costa Vasca-Ballena de Oro reúne desde hace 30 años a algunos de los más destacados patrones del Cantábrico y al grueso de las flotas vasca y cántabra, con algunos barcos franceses, y en ocasiones asturianos y gallegos hasta completar ahora una participación cercana a los 40 veleros en el conjunto de las distintas divisiones en liza. “A todo navegante le gusta tener una ballena de estas en casa” acostumbra a decir Eduardo García-Santamarina, director deportivo de la prueba en todas las ocasiones tras sustituir a Tomás Alonso-Allende. “Seguimos colaborando con los clubes vascos a través de esta prueba. En el País Vasco somos destino para muchas personas que tienen hábito de navegar y, además, este Trofeo es de los más bonitos y especiales” resalta Edurne Egaña, directora de EKP -Euskadiko Kirol Portuak-, patrocinador actual de la regata.
Álvaro Basterra, capitán de puerto del Club, apunta que “todo se gestó con el Gobierno Vasco para unir a los puertos. Quienes acudieron al Gobierno Vasco fueron Tomás Alonso-Allende y Guillermo Barquín. La idea me pareció entonces fantástica. Era una gozada, con una regata de navegación nocturna. La gente se reunía en un fenomenal ambiente de vela”.
La Regata Costa Vasca-Trofeo Ballena de Oro surgió hace tres décadas con la idea de promover la vela deportiva en el País Vasco, así como para unir y promocionar los distintos puertos deportivos de la costa vasca. Esta filosofía sigue vigente. En esta ocasión, la regata se desarrollará en las aguas de Gipuzkoa y Bizkaia, escenario de las etapas el 15, 16 y 17 julio próximos. Hasta ahora, son muchas las localidades y puertos que han acogido la regata: Getxo, Bermeo, Lekeitio, Mutriku, Zumaia, Getaria, San Sebastián, Hondarribia, Hendaya, San Juan de Luz y Anglet.
Tomás nos detalla arriba la originalidad del Trofeo. Este premio de la ballena es un guiño a la caza que se realizaba en las costas del Cantábrico, para lo cual se disponía de atalayas en las que un vigía detectaba el paso de las ballenas. En el momento adecuado daba un aviso al puerto, de tal forma que los pescadores se subían a sus botes. Entonces, se iniciaba una carrera por arponear primero a la ballena, ya que el primero obtenía ciertos privilegios en la venta del animal, derivándose de ello disputas entre los distintos pueblos costeros. La temporada de caza tenía lugar tras la vuelta de sus cuarteles de alimentación en el mar del Norte en otoño, entre octubre y mayo.
Sobre todo, estaban presentes desde noviembre a marzo, que eran los meses que duraban los contratos de las compañías para la caza de ballenas. Las ballenas entraban en los meses de octubre a noviembre hacia los puntos más interiores del Golfo de Vizcaya. Más tarde, entre diciembre y enero se desplazaban hacia alta mar y hacia el oeste, hasta llegar a las costas de Galicia en los meses de abril a mayo.
En un principio, los balleneros vascos aguardaban a que apareciesen ante sus puertos, pero, posteriormente, y ante la progresiva escasez de ballenas las persiguieron por toda la costa cantábrica mediante una navegación de cabotaje, perfeccionando así sus técnicas. Ahora, son los veleros quienes buscan estos trofeos tan deseados por todas las tripulaciones.