Sabías qué…

...encontró aparejado en un astillero inglés un barco que se encontraba en venta. Lo adquirió y lo puso de nombre ‘Saltillo’, el más famoso de los matriculados en el Sporting.

...y acogió la llegada de algunas de carácter internacional de las clases A y B como la Santander-Bilbao o la Plymouth-Santander, en un momento en el que las regatas de crucero se pusieron de moda.

...a la Olimpiada de Amsterdam de 1928 con una tripulación formada por P. J. Galíndez, Álvaro Arana y José Arteche.

...y la Santander-Bilbao, que culminaron con un almuerzo en el Sporting. Los tripulantes  de los grandes barcos crucero de la época continuaron con la Bilbao-San Sebastián.

...además de nuestro Sporting, como el Arenas, el Deportivo, el Indauchu o el Athletic, que también tenía una sección de remo y competía en regatas de yolas contra las tripulaciones del Sporting.

Ese mismo año, el 11 de octubre, celebró una reunión su directiva, que ya sí conservó el acta de la misma. En ella se concedía un día de vacación -el domingo- al personal en invierno.

...no se reducía solo a la vela o al remo. Y es que nuestro Sporting también se ocupaba de la natación o de los saltos.

...al comienzo de la Primer Guerra Mundial. Todo esto debido a la mayor austeridad derivada de esos tiempos. Se dieron de baja socios y hubo un incremento de los costes de mantenimiento por la carestía de los precios.

...un vapor de la Trasatlántica y vía La Habana, los tres tripulantes de la embarcación: Eduardo de Astigarraga, Luis Arana y Juan Zavala, además del vocal del Club Eduardo Ubao.

...una nueva clase de 7 metros. Nuestro Sporting se lanzó a este proyecto en forma de una embarcación llamada ‘Cerceta’ y que correspondió en sorteo a José María Olábarri Massino. Esta clase no tuvo éxito.